21 años que han pasado...
Un día como hoy, hace 21 años, me despertaba en casa de mi tío Carlos (hermano de mi mamá), y me preparaba para ir a casa.
Era extraño, el dia anterior (sabado 8 de diciembre de 1984), habíamos salido casi intempestivamente "de paseo" con mi abuelo Melchor, en el auto de papá. No recuerdo qué lugares visitamos, pero sí recuerdo que al llegar a Ñaña, no dormiríamos en casa, si no que tío Carlos nos esperaba en la suya, quizás por instrucciones de mi mamá.
Deberían ser las 9 o 10 de la mañana cuando llegué a casa, y sentia un nudo en la garganta, también sentía presión en el pecho de ver lo que ocurría en la casa donde había vivido los 10 años anteriores.
Antes de salir, tío Carlos había hablado con nosotros (mis dos hermanas y yo), nos había dicho que papá se había ido al cielo y que íbamos a ir a casa y deberíamos estar tranquilos. Aunque en ese momento no lo sentí así, hoy me puedo dar cuenta que a mi me encargó lo peor, me dijo: Néstor, no quiero que llores, tu mamá está mal y tú debes ser su fuerza.
Al margen de que no puedo evitar sentir unas enormes ganas de llorar mientras escribo esto, tampoco puedo evitar el recordar mi llegada a casa en esa mañana.
Habían unos pseudo candelabros cromados, que en realidad eran lámparas con focos y unas cubiertas en forma de "llama", con un foco dentro. Cuatro candelabros en las esquinas de una caja ploma brillosa y con ornamentos de metal.
Papá parecia dormido, pero a diferencia de otras ocasiones que yo recordara, esta vez tenía unos algodoncitos en las orejas y en la nariz.
No lloré en esa ocasión, pero si hubieron muchos momentos en mi vida en las que lo lloré con amargura, con la triste sensación de que me abandonó cuando no debia. Lamentablemente, tampoco dependñia de EL el escoger la mejor fecha, asi que, para ser justos, no fue su culpa.
Entré a la casa que siempre me habia parecido conocida, con la extraña sensasión de ser un completo desconocido, un extraño que llegaba a una extraña ocasión, donde algo triste pasaba.
Han sido 21 años de no querer buscarte Papá, en parte porque ya sabía que nunca te iba a encontrar, y en parte también porque hasta ahora me siento mal de no haberte llorado cuando debi.
Disculpen si con esto hago sentir mal a alguien, pero hoy no se me ocurrió más que escribir lo que siento.
KIT.
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